¿De qué hablamos cuando hablamos

de educación afectivo - sexual?

 

 

La sexualidad es una dimensión muy importante en nuestra vida. Esta no se limita solamente al cuerpo, por eso involucramos la dimensión afectiva. Es una construcción social que va tomando forma a través de nuestra interacción con diferentes agentes socializadores, como la familia, el sistema educativo, las instituciones, el ámbito laboral. Nos  acompaña desde que nacemos, e involucra sentimientos, sensaciones, percepciones y opiniones ligados a nuestro sexo, manifestándose de diversas maneras en nuestra vida cotidiana desde la niñez. Expresamos nuestra sexualidad en la manera de pensar, de hablar, de vestirnos, en nuestros gustos por determinadas cosas, en las profesiones que elegimos, en la manera en que manifestamos amor, odio, felicidad, enojo, etc.

Una educación afectivo-sexual adecuada y desde temprana edad, contribuye a que niños y niñas se desarrollen de manera más equilibrada, sean capaces de comprender los cambios que experimentan en su propio cuerpo, en sus estados de ánimo y la manera de relacionarse con los demás. También colabora en la incorporación de herramientas sólidas que los ayuden a tomar decisiones responsables, evitando situaciones riesgosas para su salud física y mental, así como para la de los demás.

Por naturaleza los niños son curiosos, desde la etapa preescolar suelen surgir preguntas muy espontáneas y reiteradas  El deseo de comprender e interpretar las diferencias corporales y las conductas sexuales propias y de los demás les lleva a hacer numerosas preguntas y a formular algunas teorías infantiles

El acceso sencillo de los niños y las niñas a información sobre temas sexuales a través de los medios de comunicación, hace razonable sospechar que la mayoría de los mismos cuentan con mayor cantidad de información sobre estos temas de lo que los adultos pensamos. Sin embargo, no siempre esta información es adecuada o no es entendida por ellos en su totalidad.  Por lo tanto es importante que los adultos generen la confianza necesaria para que los niños puedan realizar las preguntas que deseen. Es importante que  no se evadan las preguntas, porque de lo contrario los niños asumirán que no debe hablarse de esos temas, o buscarán información en otras fuentes. Así como también es adecuado responder a medida que van preguntando, para no brindar más información de la que están preparados para recibir, siempre con naturalidad para dar lugar a que sientan confianza en que pueden volver a preguntarnos.

Las preguntas deben ser contestadas:
- En el mismo momento que las hacen
-
Con palabras sencillas
- De manera natural y sencilla, de manera de no dar la sensación de explicar cosas misteriosas, delicadas o peligrosas, porque no es así.
- Se les debe contestar lo que preguntan, adecuando el contenido a la edad, pero sin mentir.  A veces es bueno preguntarles si ya saben algo del tema o que piensan ellos de cómo es.

Dependiendo del momento de la vida en que nos encontremos, se darán diferentes etapas y cambios con respecto a la sexualidad. El proceso de incorporación de conocimientos y valores sobre su cuerpo y su sexualidad ayudará a los niños y las niñas a fortalecer su autonomía y autodeterminación, su autovaloración, el conocimiento adecuado de su esquema corporal y el entendimiento sobre aspectos de su vida que se encuentran en constante cambio y evolución.